Entre copas con LIna/IV Capillita
IV
CAPILLITA
-Recuerdo mi primer amor, fue la peor
farsa. Exclamo Mili un tanto desolada.
Comenzaba a utilizar las redes
sociales y aceptaba a cualquiera que quisiera ser mi amigo. Un día acepte a un
chico que era del lugar donde estudiaba, teníamos amigos en común y se veía un
chico agradable. Comenzamos a platicar a través del chat, al poco tiempo ya nos
habíamos pasado el número y nos mandábamos mensajes, nos escribíamos cosas tan banales
como que habíamos comido o qué hacíamos a cada hora. Era como mi novio de
mensajes.
En las charlas por mensajes nos
animamos a conocernos en persona, así que un día nos pusimos de acuerdo en una
plaza para tratarnos personalmente.
-No puedo creer que te veías con gente
que conocías por redes. Interrumpió Agatha preocupada.
- ¡Por favor! Ahora se hace más. ¿Qué
no conoces Tinder Agatha? Pregunto Susan
- ¡Déjenme terminar! Grito Mili. Las
chicas entre risas, guardaron silencio y escucharon de nuevo a Mili
-Bueno, pues fui a la plaza conocida
para conocer al chico y cuando lo vi, descubrí que no era de esos que quisieran
impresionar, era exactamente como se mostraba en su foto de perfil, eso me dio
confianza. Entramos a ver una película y en esa misma cita nos hicimos novios.
- ¿Cómo era? Preguntó Lina.
-Era muy alto, media casi dos
metros, por lo que tenía una manera peculiar de caminar, se jorobaba. Era chino,
pero se ponía mucho gel para peinarse su cabello hacia atrás, tenía unos ojos
muy grandes y saltones, era narizón y pues estaba chistoso. Cuando lo vieron
mis hermanas por foto le decidieron poner el Pejelagarto, porque se parecía
a un personaje animado de Monsters Inc. Todas las comenzaron a reír al escuchar
las ocurrencias de Mili.
Pues todo iba bien, ya saben a veces
lo veía cuando salía de la escuela e íbamos por el helado o lo veía los fines
de semana. Hasta que cierto día el famoso Pejelagarto me invito a comer,
ahí se encontró a unos amigos, con los que empezó a charlar, los veía desde
lejos porque venía de lavarme las manos y trataba de ir lento para escuchar su plática.
-Decían comentarios muy graciosos
como -Que uno de ellos estaba tan feo que cuando había nacido, su mamá no sabía
si era el bebé o la placenta. Parecían ser gente divertida.
En cuanto llegue hasta ellos, sucedió
algo extraño, cuando mi novio me presento con sus amigos, les dijo: -Chicos, les presento a la que ya les había dicho.
Miles de preguntas comenzaron a rodar por mi cabeza ¿Por qué no dijo su novia?
¿Cuántas más éramos? ¿Qué les había dicho de mí? Pero la que más me inquietaba
era ¿Cuál de todos era el que se parecía a la placenta? Yo a todos los veía igual
de chistosos.
Como nosotros ya nos íbamos, nos despedimos
y salimos del lugar. Antes de irme le pregunte porque no les había dicho que era
su novia. El Pejelagarto me dio tantas excusas con las que trato de convencerme
con la idea de que ellos ya lo sabían, decidí hacerle caso y me despedí. Al
siguiente fin de semana no quise salir con él y después del encuentro con sus
amigos ya no le tenía tanta confianza, presentía que me estaba mintiendo.
Una tarde nos mensajeábamos para ver
si nos veríamos y que haríamos el siguiente fin de semana, según él me extrañaba
mucho. Nos habíamos quedado de ver como al medio día para ir al cine y nos
despedimos.
Pero no lo van a creer, el chico me mandó
un mensaje en la noche y este decía:
¡Te amo Rebe! Mañana nos vemos,
recuerda que eres la única y el gran amor de mi vida. Descansa amor.
- ¿Qué? ¡Eras la otra! Dijo Lina,
sorprendida.
- ¡Sí! ¿Pueden creerlo? Era la
capillita y por supuesto que yo me negué a ese puesto, o era la catedral o
nada.
- ¿Y qué le dijiste? Preguntaron las
amigas intrigadas.
Le respondí el mensaje: ¿Rebe? Creo
que te equivocaste, mentiroso.
-Todavía tuvo el descaro de preguntarme
si nos íbamos a ver el fin de semana. Y ya no le contesté.
Me sentía muy triste y desilusionada
porque, aunque llevábamos como un mes, ya me estaba encariñando con el Pejelagarto.
Pero como me dijo un amigo, “para conocer el buen vino antes se deben conocer
los que no lo son”.
-A mi me sucedió también el drama de
la vida con un novio chantajista comento Agatha…
Comentarios
Publicar un comentario
¿Te resulta interesante lo que ves?
Mucho
Poco
Nada