Entre copas con Lina/VI Una historia más

 VI

Una historia más…

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Después de la anécdota de Agatha todas comenzaron a reír y hacer bromas del novio crudo que parecía zombie.

- ¿Y tú Susan, qué anécdota tienes? Preguntó Lina

-Ya es muy tarde y ya hasta nos terminamos la bebida, ya vámonos a dormir.

- ¡No! ¡Queremos una historia más! Gritaba Lina, mientras empujaba a Susan.

-A mí no me ha pasado nada. Dijo Susan enojada

- ¿Cómo no? Siempre sales con uno y de repente ya no sales con ese y estás conociendo a otro, ¡No te hagas! Le decía Lina tratando de convencer a Susan.
-Estudiaba la preparatoria, nadie me veía, hasta que un día un chico me invito a salir. Era mi primera cita, me sentía emocionada.

-Lo vi en un parque que estaba como a diez minutos de casa, solo platicamos, recuerdo que un niño se acerco a vendernos unas paletas, le dijimos que no queríamos, pero el niño era insistente y él me compró una paleta.

- ¿Qué paleta era, de hielo? Pregunto Agatha

-Qué importa de que era, no interrumpas Agatha. Decía Lina enojada.

- ¡Ya, tranquilas! Exclamo Susan, mientras continuaba su anécdota.

-Era una paleta pequeña de caramelo, de esas de mango con chile.  Cuando pago el niño se fue rápidamente y él temblando me dio la paleta mientras él se quedaba con otra, Notaba su nerviosismo, temblaba al saludarme y se trababa al decir algunas palabras. Fue mi primera cita y el me pareció un chico muy tierno. Después de esa cita me seguía mandando mensajes, pero un día lo vi con su novia, entonces me di cuenta que solo era mi amigo.

Pasaron los años y un día por casualidad lo encontré en el cine, iba con unas amigas y el con sus amigos, nos vimos, nos saludamos muy sorprendidos y nos pasamos los números para volver a platicar. Así fue al poco tiempo salimos y comenzamos a seguirnos la pista, ya sabes a saber de que trabajamos, que nos gustaba y más.

Un día en una de tantas salidas él me beso y pues parecía que éramos novios, todas las tardes nos llamábamos y nos contábamos como nos había ido, pero me daba cuenta de que a él casi no le gustaba salir conmigo, siempre nos veíamos en un restauran que estaba cerca de donde vivía y si le pedía que fuéramos al cine o a una plaza, el me decía que no podía porque trabajaba. Así que para no verme como una empalagosa no le insistí más.

Un fin de semana fui a una plaza comercial con unas amigas, estaba en la segunda planta y desde ahí lo vi de la mano con una chica, en mi mente me dije a mi misma que era su amiga, pero los hechos decían todo lo contrario, él la llevaba de la mano, se coqueteaban y hasta la besaba, con ella si salía.

- ¿Y qué hiciste? Pregunto intrigada Lina.

-Me llamaba todas las tardes y simplemente ignoré las llamadas, hasta que un día al llegar a mi casa después del trabajo estaba estacionado afuera esperándome. Me subí a su carro y le dije que lo había visto con otra chica.

Él me dijo que sí, pero que no era su novia. Me proponía una relación abierta, en esta él podría salir con otras chicas y yo también y solo cuando estuviéramos juntos pues que disfrutáramos del momento, que si uno encontraba una relación sería podría dejar al otro y ya. Acepté la relación, pero me di cuenta de que no era muy buena para eso, porque le era fiel a él y me torturaba el saber que el no solo salía conmigo.

Un día decidí decirle que no necesitaba buscar a otras chicas porque yo quería ser su novia, cocine para él, yo ni cocinaba, pero pregunte a mi vecina algunos tips para hacer una pasta y un guisado sencillo pero rico. Lo invitaría a pasar a mi hogar con la intención de externarle mi pensamiento. Cuando lo invite a pasar le mostré que había cocinado y le dije que se sentará, el me abrazaba y mientras me abrazaba tiernamente le dije que quería intentar algo bien con él, pero comenzó a reírse, me dijo que no fuera cursi, ni anticuada, que los noviazgos actuales primero se iniciaban así y después veían si formalizaban. No quiso probar mi comida, pero si quería llevarme a la cama, así que lo corrí y lo amenacé con gritar, y hacer todo un escándalo si no se iba.

Él se fue y me dijo que estaba loca, me quede llorando mirando mi primer espagueti y me di cuenta que quizás en estos tiempos el amor solo se encuentra en las novelas, en las canciones, en los poemas, en una bella pintura romántica o en algunas películas…

-No llores Susan, el amor por supuesto que se encuentra en todas esas expresiones de arte, pero también esta en ti y si aun no eres capaz de descubrirlo, esa razón impide que lo veas en alguien y alguien vea ese amor tan grande que tienes en tu ser.  Agatha la abrazaba a su amiga mientras le decía esas palabras.

-Susan lloraba como magdalena y todas sus amigas al verla comenzaron a llorar, después de unos minutos del llanto pararon a la risa.

- ¿Estamos llorando o nos estamos riendo? Pregunto Lina mientras se secaba las lagrimas y al mismo tiempo soltaba una carcajada.

Mili, limpiándose la nariz le decía -Tenemos la capacidad de hacer las dos cosas.

Gracias por haber seguido las historias de “Entre copas con Lina” espero les hayan agradado tanto como a mí.

¡Hasta la próxima chik@bunes!



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