Anécdotas difíciles de olvidar/Niña bailadora

 ¡Hola chik@bunes!

¿Cómo les va?

Todos sabemos que hay momentos en la vida que merecen ser recordados, por las carcajadas que nos sacaron, las lágrimas que derramamos o el coraje tan grande que hicimos, al final esos momentos se dejan atrás y solo recordamos el drama o el ridículo que hicimos y no nos queda más, que reírnos y reflexionar que lección nos dio la vida; es por ello que haremos otra sección más en honor a las anécdotas. Espero les guste la siguiente…

Niña bailadora

Era la boda de unos tíos, todos disfrutábamos de la celebración, la novia tenía el vestido blanco estilo princesa, se veía adorable con un tocado impresionante que la hacía lucir como toda una reina. El novio con el típico traje de pingüino se veía elegante y muy contento.

El banquete había terminado y todos los niños disfrutábamos de bailar como trompos en la pista de baile, en varias ocasiones nos mandaban a sentar pues los novios estaban abriendo la pista y nosotros como pequeñas larvas interrumpíamos la escena romántica.  

Mi hermana menor ya tenía sueño y mis padres querían quedarse a disfrutar de la celebración. Se levantaron y dijeron que nos llevarían a la casa de la abuela y regresarían después, inmediatamente comencé a patalear, deseaba quedarme a danzar; por así llamarle a andar corriendo y estorbando en la pista de baile con los otros niños.

Cada uno de mis padres cargo a una de sus hijas, uno llevaba a la que ya estaba dormitando y otro a la que quería seguir bailando. Al llegar a la casa de mi abuela le explicaron la situación y le pidieron de favor que nos cuidaran un rato en lo que ellos seguían disfrutando de la fiesta.

La hija menor inmediatamente acudió a su abuela, pero la mayor comenzó a hacer un berrinche de aquellos porque quería estar en la boda.

-Déjame abue, ¡Quiero ir a balar!, gritaba la niña desesperada mientras forcejeaba con su abuela por querer escaparse de ella y salir corriendo a alcanzar a sus padres.

La abuela intentaba cargar a la niña, mientras los padres escapaban como niños a la fiesta.

En un momento de desesperación, la abuela volteo a la niña y le dio dos fuertes cachetadas. En ese momento la niña reacciono y dejo de hacer berrinches. La abuelita arrepentida de lo que había hecho abrazo a la niña y comenzó a llorar.

-Perdóname mi hijita, pero estabas como loca. Le decía la abuela a la menor mientras acariciaba sus mejillas; ambas lloraron y se abrazaron.

Desde ese día a aquella niña bailadora le dicen cuando va a una fiesta,

-No vayas a bailar tanto, o le hablamos a tu abuela para que te de tus cachetadas.

Lo que los familiares no saben es que la abuela ahora ya es aliada de su nieta y siempre le dice: “Mi hijita, tú diviértete, sal, conoce y baila mucho, total que aunque te regañen, lo bailado y lo gozado nadie te lo quitará”

¿Y tú que opinas del consejo de la abuela?


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